La vida familiar y la implicación de los padres en la educación de sus hijos puede producir mejoras de su rendimiento académico equivalentes hasta al nivel de dos cursos superiores en asignaturas como matemáticas, según un informe presentado por el Consejo Escolar del Estado.
El documento, titulado ‘La participación de las familias en la educación escolar’, se basa en los resultados académicos de los alumnos de cuatro países (Alemania, Bélgica, Italia y Portugal) en el informe PISA de 2012 que incluía una encuesta a las familias acerca de su implicación en los estudios de sus hijos.
Entre las actividades que han destacado los autores del estudio, figuran el seguimiento de los padres a las tareas de sus hijos y el apoyo a la lectura, así como otras actividades de seguimiento “no formal”.

- Mejora la alimentación: con tres comidas semanales en familia, se reduce un 20% el consumo de alimentos poco saludables y aumenta el consumo de alimentos sanos, entre ellos, aumenta el consumo de frutas y verduras.
- Reduce los trastornos alimentarios: con cinco comidas en familia por semana, el riesgo de que una o un adolescente se dé atracones, se provoque vómitos o se ponga a dieta sin que haya un motivo médico baja un 35%.
- Incrementa el éxito académico: este mismo estudio señala que los almuerzos familiares, sin ver la televisión y donde padres e hijos conversan entre ellos, motiva que los hijos saquen mejores notas y tengan menos riesgo de engancharse a alguna adicción (drogas, alcohol, etc.).
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