Desde que un bebé nace, es la familia la que se encarga de atender a ese ser indefenso que es incapaz de valerse por sí mismo, otorgándole cuidados, cariño, seguridad y aprendizajes que le servirán para obtener autonomía y desenvolverse en la sociedad. Pero tras los cambios que ha sufrido la sociedad a lo largo de los tiempos, ¿cómo podemos definir a la familia?
La Real Academia de la Lengua Española (RAE) la define como “grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas”.
Sin embargo, podríamos decir que el concepto tradicional define a la familia como “un agrupamiento nuclear compuesto por un hombre y una mujer, unidos en matrimonio, más los hijos tenidos en común, todos bajo el mismo techo. El hombre trabaja fuera de casa y consigue los medios de subsistencia de la familia mientras la mujer en casa cuida de los hijos”. (Molina Brizuela, Y. 2011).
No obstante, esta definición queda ya obsoleta en la realidad en la que nos encontramos en nuestras escuelas, las cuales tienen diversas familias que difieren en gran medida de lo que se conoce como familia tradicional. Por ello, se produce una evolución del concepto, la cual queda reflejada en la siguiente tabla:
Desde este nuevo concepto, la familia es entendida como el principal y el más cercano contexto en el que se desarrolla el niño/a, y por tanto donde se producen los principales procesos de socialización. Por ello, en el desarrollo de los niños/as incide y se ve influenciado de forma notoria todo lo que tiene lugar dentro de la familia. Esto queda expuesto por Comellas (2009) el cual afirma que estas primeras influencias que aporta la familia van a permitir o no el desarrollo normal del niño/a. De ahí la importancia de la relación que la escuela mantenga con la familia.
Para entender esto, debemos dejar claro el concepto de socialización, éste es un proceso, a través del cual una persona adquiere la cultura, las normas y los valores de una sociedad.
Asimismo, al interaccionar con otros, se desarrollan maneras de pensar, sentir y actuar que les permiten participar en la sociedad. Podemos afirmar entonces que la familia es el agente socializador más importante ya que es el primero que entra en contacto con el niño/a y, además, sirve de puente entre este y los demás contextos.
Es más tarde cuando un orden social más amplio, la escuela, entra en juego, ampliando los aprendizajes y ofreciéndole socializarse con más personas, terminando de construir al sujeto.
Molina Brizuela, Y. (2011). Individuo, Familia y Sociedad. Contribuciones a las Ciencias Sociales.
Comellas, M.J. (2009). Familia y escuela: compartir la educación. Barcelona: Grao
Blog centrado fundamentalmente en la relación de la participación familia-escuela con el objetivo de mejorar la educación integral de los niños y niñas.
Etiquetas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Estudio de la participación de las familias inmigrantes en la escuela.
En este documento se estudiaron la importancia de la participación de familias inmigrantes en centros educativos pensando en la mejora de l...
-
En materia participativa Todos los padres y madres deben recibir una formación en este tema nada más empezar el curso para que entiendan la...
-
Las normas son actitudes, conductas o acciones construidas y aceptadas socialmente, que van a facilitar la incorporación a la sociedad y al...
-
Según la teoría ecológica de Bronfenbrenner, todos los contextos y ambientes que rodean al niño/a y con los que se relaciona tienen una gran...
No hay comentarios:
Publicar un comentario